"Principio" es siempre todavía.

"Volvería a repetir el día en que te conocí una y otra vez porque no hay nada tan bonito como     

 los  principios". Algo así leo en aquél banco de la esquina...Me giro. Te veo. Me río. Te miro.           

Bien...


Te tengo delante. Lo veo claro: más bonito es comenzar un día nuevo; otras vidas de rutinas de     

besos y caricias; de abrazos y sonrisas. Del aire de tu aliento entre los hoyuelos de mi        

  espalda. De saltarnos el café de la mañana y convertirnos los dos en el entrante, primer plato,    

segundo y postre del "pranzo".

Que sí, que quiero repetir, reescribir, recomenzar, reiniciar -llámalo X, Y o Z (todo junto, quizá)-   

todos los días y que me llames egoísta porque te pido que me eches de menos para que el tiempo 

nos eche de más (por pesados, claro)...Aquí, a mi lado, mientras te acaricio los rizos y te regocijas

haciéndote una bolita hasta que te entran esas ganas locas de darte la vuelta, ponerte encima  

mía y que...no pensemos en nada.



Quiero una nueva rutina, sí, para que nos miremos de nuevo. Día a día. Para conquistarte   

de mil formas y comprobar que sigo siendo tu primera opción en cada una de las diversas               

situaciones. 
Quiero 24 horas no vividas, con otras ropas, con otros aires, con otra música...Con los mismos      

cuerpos, eso sí. Que de ellas sobren 23:59 y se vaya el tren para recogerte en la parada      

   bajo mi paraguas. Quiero vivir eternamente en el "último minuto" -el del retraso- el que nadie 

quiere. Para llegar tarde y que sean los planes quiénes se adapten a nosotros y no al revés. Quiero 

que no olvides que “último” significa “primero”, “final” es un “comienzo”, un “adiós”             

  antecede a un “hola” y eso nadie lo sabe. Tú, sí.

No quiero volver al primer día -en el que te conocí-, quiero 365 primeros días al año -conocerte      

todos los días-.Todos los años. Siempre. Eterno Año Nuevo. Siempre. Eterna invernal        

primavera. Siempre.

Sosufer.