Antítesis.

Si te vas no vuelvas tarde. No quiero verte lejos. No vengas a buscarme. No quiero oír tu voz, ni leerte por las noches; madrugando por la tarde, como nosotros sabemos... Borra el tatuaje de mis

besos. No me pienses en alto que, si te escuchas, te vas a llamar loco. No me pienses en bajo  que, si no pronuncias mi nombre, no vuelvo. No dejes que el tiempo pase. Pasa el tiempo conmigo. 

Conmigo, de mi, contigo: no pases. 

Mira dentro del sobre que no enviaste y saca el vacío de una carta sin letras. Llénala de vida: la   tuya, la mía, la nuestra. Pero no me la envíes. Es tarde para madrugar juntos. ¿Cambiamos la   

 hora? Ponte el reloj en la otra muñeca. Mejor: no te lo pongas. ¿Cambiamos de estación? Otoño.Me gusta. Huele a lluvia. Huele a ti. 

Septiembre se está yendo. "Si septiembre fuera un verbo, sería del verbo volver".Volver,¿dónde?si tiramos la casa tras puestos los cimientos. Volver, ¿cómo? si no recuerdo cómo se pedalea   

hacia alguna dirección. Volver, ¿cuándo? si el tiempo nos acorrala contra la aguja del minutero y no se detiene. Volver, ¿quiénes? si estos monigotes vivieron un cruce de caminos con distinta    

trayectoria. 

Dejemos el tema a un lado. ¿Qué planes tienes para octubre? Coge el tren y disfruta del paisaje. Yo voy mejor en avión y así te espero en la próxima estación, la del final del camino, 

la que está al principio de la siguiente vía, ¿recuerdas? no, sé que no... Mientras, decide qué quieres y qué   no. No me vuelvas loca que yo te lo explico de forma lúcida:

 tengo ganas de que me quites      todas las ganas y así comprobamos quién de los dos gana. 

En fin, cúrate de mi, yo lo haré más tarde, a mi ritmo, sin tu paso. Exacto, con bocanadas de     aire servidas en vasos de chupito pero sin limón ni sal que aquí cada uno se desinfecta las

heridas a su manera.